¿Sabías que no debes enjuagar los platos sucios antes de meterlos en el lavavajillas?

Más del 50% de los hogares españoles disponen de este pequeño electrodoméstico en casa, ya que puede llegar a ofrecer múltiples ventajas, entre ellas el ahorro del tiempo invertido en fregar los platos, además del ahorro del consumo de la energía y el agua.

A lo largo del artículo de hoy, os contamos cuáles son algunos de los malos hábitos que están presentes y que pueden hacer que no consigas tener unos platos impecables después del programa de lavado. 

Beneficios de instalar un lavavajillas en tu cocina

El consumo medio de agua con el lavado tradicional se estima que, en España, por vivienda, supone un gasto de agua de 88,8 litros diarios de agua, el 26% del gasto total de agua. Pues bien, gracias a diferentes estudios, se sabe que de ese total, estas cifras se reducen con el uso del lavavajillas a 54,2 litros, es decir, el 15,9% del consumo total.

Por tanto, nos encontramos con un ahorro de 30,6 litros diarios frente al lavado tradicional

Se trata, por tanto, de un ahorro de 30,6 litros de agua diarios frente al lavado tradicional, de los que 27,4 litros por día serían de agua caliente.

El mismo estudio comprobó también como el uso del lavavajillas afecta al consumo de energía, suponiendo un ahorro de 42,6 euros anuales (1,06 kWh diarios) si lo ponemos durante cinco días a la semana. Por tanto, una cosa está clara, y es que el lavavajillas es eficiente en cuanto a ahorro. 

Malos hábitos que afectan en la limpieza

La mayoría de nosotros tenemos la costumbre de enjuagar la vajilla antes de meterla en el lavavajillas. Esta costumbre nos sale un poco cara, ya que no sólo supone un esfuerzo para el usuario, sino también es un gasto extra de agua y energía.

Según diferentes estudios, eliminar este paso previo, tiene una gran repercusión ecológica, ya que al hacerlo, podemos ahorrar más de 40.000 litros durante los años útiles que estén estimados los diferentes lavavajillas. Este ahorro debemos sumar también que su consumo por ciclo es de 6,5 litros, un volumen inferior al necesario para llenar el fregadero.

Además, no por enjuagar los platos acabarán más limpios, además, resulta menos eficiente en cuanto al ahorro de agua. Los lavavajillas están perfectamente programados para que funcionen a altas temperaturas para asegurarse que los platos estarán perfectamente limpios al final del ciclo del lavado.

Esta pésima práctica se ha ido heredando durante los años, ya que en décadas anteriores los platos sí que tenían que enjuagarse para asegurarse de que terminarían limpios, aunque con las nuevas tecnologías resulta mucho más eficiente.

Por ejemplo, algunos de estos lavavajillas vienen incorporados con sensores que detectan cuánto necesitan los platos, si los enjuagas antes, están provocando que el sensor que lleven incorporado pueda fallar, y crea que el plato ya está relativamente limpio.

Normalmente pasa esto, así que si alguna vez te has preguntado por qué los platos salen de tu lavavajillas con restos de comida, puede ser porque los estás enjuagando antes, ya que si están medio limpios, el sensor del lavavajillas detectará que solamente debe dar un lavado ligero.  

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